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Infórmate sobre los factores que debes cuidar en tu cultivo para poder alcanzar el éxito

Temperatura

Características:

El tiempo caluroso cambia los procesos en el interior de las plantas. Cuando la temperatura exterior es de 20ºC, la interior es de unos 5ºC más. Dentro de las hojas, puede ascender hasta 10ºC más que en la superficie de éstas. Cuando sube la temperatura, las plantas emplean mucha más agua para mantenerse frescas. El incremento en el consumo de agua genera estrés en todos los sistemas de la planta.

La planta de cannabis extrae el agua por medio de las raíces para conducirla hasta las hojas. El agua sirve para refrescar los tejidos de la planta y para llevar sustancias por el interior. Unos finos poros en la parte baja de las hojas, llamados estomas, se abren y cierran para regular el flujo de humedad que se libera en forma de vapor de agua. Esta transpiración de agua mantiene fresca a la planta y es muy similar al modo en que los humanos nos refrescamos al sudar. Las plantas utilizan la misma cantidad de fertilizantes que antes del verano, pero emplean mucha más agua.

A menudo se duplica el consumo de agua si se está cultivando en contenedores en exterior o en una habitación interior calurosa. Si a esto se le añade un poco de viento, el consumo de agua a través de la transpiración crece rápidamente. Las plantaciones en terrazas de tejados y patios son las más vulnerables a la pérdida de humedad causada por el viento. Muchas veces los cultivadores de interior aumentan la circulación de aire y la ventilación para ayudar a refrescar las plantas durante los días de más calor, obligándolas también a un mayor consumo de agua.

Los contenedores y medios de cultivo también tienden a estar más calientes durante el verano. Los procesos químicos se producen con más rapidez en los medios de cultivo cálidos, y se utiliza más agua. Cuando la temperatura del suelo sube hasta los 25-30ºC, el ritmo de crecimiento baja rápidamente. Tanto en exterior como en interior bajo lámparas de alta presión, la temperatura de los contenedores alcanza fácilmente los 30ºC.

Estas temperaturas tan altas literalmente cuecen las raíces, y una vez cocidas, no pueden absorber el agua y los nutrientes, ni siquiera aunque haya agua disponible en el medio de cultivo. Las raíces muertas se pudren inmediatamente, atrayendo a plagas y enfermedades. Cuando están cocidas, las raíces tardan varias semanas en volver a crecer, suponiendo que las condiciones sean perfectas.

Cuando se incrementa el consumo de agua, el de fertilizante permanece más o menos igual. En este momento, es importante reducir la concentración del fertilizante, para evitar que se formen sales nutrientes en el sustrato. Cuanto más sobre-fertilizado esté el suelo o medio hidropónico, menos agua podrá extraer la planta.

Para evitar esta aparición de sales, hay que diluir la concentración del fertilizante según las especificaciones del fabricante. También se debe permitir que salga del contenedor un mínimo de un 20% del agua que echamos en cada riego. Es mucha agua, pero aplicándola a obtener un drenaje adecuado se evitan muchos problemas posteriores.

Problemas y soluciones:

Un exceso de temperatura puede provocar deshidratación, la cual se manifiesta cuando los bordes de las hojas se vuelven ligeramente hacia arriba. Lo hacen para disipar más rápido la humedad. Cuando las hojas no tienen la suficiente humedad para transpirar, los bordes se curvan hacia arriba en un intento de obtener la máxima cantidad de agua posible.

En caso de que el exceso de temperatura se prolongase durante más tiempo, se pueden producir quemaduras en las hojas. Los primeros síntomas aparecen en los bordes de las hojas con un rizado hacia arriba, y en casos más graves, los síntomas aparecen en las partes centrales de las hojas entre los nervios.

Si el caso que nos preocupa es el contrario (temperatura muy baja), los riesgos que corre nuestro cultivo son, desde que se produzca un parón en el crecimiento de la planta (al no poder tomar los nutrientes), hasta la muerte. Un síntoma del frío que está sufriendo, es la coloración del pecíolo hacia un tono morado.

La mejor manera de evitar esto es utilizar un medio de cultivo de drenaje rápido y mantenerlo plenamente drenado. Estos medios tienen el espacio de aire adecuado para acelerar la toma de agua y nutrientes y es difícil regarlos demasiado, lo que permite al cultivador un mayor control. Las raíces toman el agua cuando hay oxígeno (aire). Sin el aire suficiente en la zona de raíces, éstas no pueden funcionar correctamente. Si el nivel de agua es demasiado alto, la mayor parte del aire se ve forzado a salir del medio de cultivo, y las raíces se pudren enseguida.

Entre las alternativas que tenemos para arreglar un exceso de temperatura, se encuentra la posibilidad de utilizar un reflector cerrado por cristal (Cooltube, Spudnik...), que conectándose al extractor reducen notablemente el calor que desprende la bombilla.

Otro "truco" consiste en tener el foco encendido por la noche, de forma que cuando hace más calor en la calle (durante el día) el equipo está apagado, y cuando hace "menos" calor en la calle, encendemos el equipo. Con esto conseguimos un nivel más estable en general.

Debemos tener en cuenta las siguientes relaciones:

  • Bombilla encendida → Aumento de temperatura
  • Extractor encendido → Reducción de temperatura
  • Reflector cerrado → Reducción de temperatura

Productos relacionados:

Para poder controlar la temperatura, necesitamos poder medir este factor. Para ello contamos con una amplia gama de productos que nos van a informar de una forma concreta sobre los valores en los que tenemos que trabajar.

Así, para medir la temperatura podemos elegir entre varios tipos de termómetros, aunque lo más cómodo suele ser el uso de un Termohigrómetro digital, ya que mide tanto temperatura como humedad.

Humedad

Características:

La humedad relativa es la cantidad de vapor de agua que se encuentra en el ambiente. Se mide porcentualmente (%). Tiene una relación directa con la temperatura del aire.

La humedad que debemos conseguir será mayor o menor según la etapa del cultivo en la que nos encontremos. Así, podemos guiarnos por esta pequeña tabla informativa sobre el porcentaje de humedad que nos es necesario para conseguir un cultivo correcto:

  • Crecimiento: 60-75% humedad. En esta etapa, el pequeño tamaño de la raíz de la planta hace que sea necesario un alto nivel de humedad en el ambiente para que la planta sea capaz de absorber agua.
  • Floración: ± 50% humedad. El ambiente debe estar a un nivel de humedad medio, ya que la planta puede absorber nutrientes de la tierra, así como del agua de riego que apliquemos de forma líquida.
  • Esquejes: ± 90% humedad. Cuanto mayor sea este nivel, mejor para la planta. Debido a la falta de raíz en un principio, el nivel de humedad en ambiente debe ser el máximo que nos sea posible, para así facilitar la absorción de agua.
  • Secado: 40% humedad. La temperatura no debe ser excesivamente alta (unos 20ºC) ya que esto podría provocar problemas de falta de humedad. Un mal secado puede provocar una pérdida de THC y olor en la planta.

Problemas y soluciones:

Los excesos de humedad pueden provocar distintos daños según la etapa del cultivo en la que nos encontremos. Un daño común a todas las fases, es la aparición de moho y hongos de raíz. El moho es visible a simple vista, pero los hongos de raíz pueden provocar que la planta se quede marchita y acabe muriendo.

Otros avisos que tenemos son: amarilleamiento de las hojas y reblandecimiento del borde de las hojas. El amarilleamiento se va produciendo desde las hojas más jóvenes a las más viejas.

Una falta de humedad, puede provocar reblandecimiento de las ramas, amarilleamiento (que comienza de forma inversa al exceso, es decir, se extiende de las hojas más viejas a las más jóvenes), y la planta se puede marchitar y acabar muriendo, igual que en el exceso.

En cualquier caso, conocer si contamos con un exceso o carencia de humedad es muy sencillo, ya que podemos medir el porcentaje % que tenemos en el ambiente y así corregirlo.

Iluminación

Información:

El SOL es la mayor fuente de energía de la Tierra. El equivalente en un armario de cultivo, es la bombilla que pongamos a nuestro equipo de iluminación.

Las plantas de cannabis necesitan distintos espectros de luz según el ciclo de vida en la que se encuentren de la siguiente forma:

SECADO GERMINACIÓN ESQUEJES CRECIMIENTO FLORACIÓN
Oscuridad Luz indirecta Poca luz Luz media Mucha luz

La unidad de medida para el flujo de luz, es el lúmen. A mayor cantidad de lúmenes, más luz. Las bombillas varían sus lúmenes según marcas y según la vida que tengan. Cuanto más viejas son, menos lúmenes producen. Una bombilla nueva puede empezar con unos 44.000 lúmenes, y al cabo de 1 año produce sobre los 20.000 lúmenes, menos de la mitad. De ahí la importancia de rotar las bombillas viejas por nuevas de forma periódica, almenos cada 3 cosechas.

Un sistema con el que podemos optimizar las bombillas que tenemos es rotar sus usos, es decir:
· Si tenemos una bombilla vieja que produce pocos lúmenes, podemos utilizarla para Crecimiento.
· Si compramos una bombilla nueva, podemos usarla sólo para la Floración.

De esta manera, las bombillas estarán siempre optimizadas, ya que la que menos lúmenes produce se usa para el momento de la planta en el que mejor va a ser aprovechada, y cuando la planta realmente necesita potencia, utilizamos una bombilla nueva con los lúmenes al máximo.

Otro de los factores que influyen, es la distancia. Cuanto mayor sea la distancia entre la fuente de luz y las plantas, menos lúmenes tiene cada una.

Tipos de bombillas:

Existen varios tipos de bombillas según la función que tengan que cumplir. También se diferencian en el tipo de luz que proyectan.

· Fluorescentes: 18-36-54w. Para las etapas de esquejado y germinación. Hay fluorescentes de tres tipos, de 18, 36 y 54w. Dentro de esta diferencia, también pueden tener distintos espectros. Una ventaja de este tipo de bombillas, es el poco calor que generan, por lo que se pueden mantener muy cerca de las plantas.

· Bajo consumo: 105-250w. Para las etapas de crecimiento o como apoyo a la floración. Existen dos tipos de bombillas de bajo consumo, diferenciándose por el espectro de luz que cubren. Así tenemos bombillas de Crecimiento y de Floración. La potencia que tienen para crecimiento es correcta, pero para floración se queda corta y se recomienda utilizar sodio.

· Halogenuro metálico: 250-600w. Para el crecimiento. Su espectro cubre únicamente la etapa del crecimiento de la planta,por lo que no es recomendable utilizarlas en floración.

· Sodio: 250-1000w. Para la floración o para floración y crecimiento. Estas bombillas son las más utilizadas. Su espectro lumínico cubre toda la etapa del cultivo. Son más cómodas porque no tenemos que estar cambiando la bombilla cuando cambiamos la fase. Existen varias marcas: Sylvania, Philips, Agrolite...

· Otras: el espectro de luz verde no es detectado por las plantas. Con esta idea, se diseñaron productos como el Agrolite Darknight. Producen un espectro de luz que las plantas no detectan, por lo que podemos echarles un vsitazo, regarlas, recortarlas.. sin que detecten la luz y "se despierten". Es una buena alternativa para no estresarlas.

Horas de luz:

Según la etapa del cultivo en la que nos encontremos, necesitaremos que el foco esté encendido durante más o menos horas al día.
Contando con ciclos de 24 horas, podemos diferenciar dos:

· Crecimiento: encendido 18 horas - apagado 6 horas

· Floración: encendido 12 horas - apagado 12 horas

La etapa de crecimiento dura aproximadamente 1 mes, y la de floración unos 2 meses.
El cambio en la bombilla de 18 horas encendida a sólamente 12, debe realizarse progresivamente, restando 2 hora de luz cada día durante 3 días, para que el impacto para las plantas sea el mínimo posible.

Las variedades autoflorecientes se cultivan con un ciclo lumínico distinto al convencional. Es por esto que debemos cultivarlas con 20 horas de encendido y 4 de apagado para poder conseguir la máxima producción para este tipo de plantas.

Extracción y ventilación

Información:

Es un error común el confundir los conceptos de Extracción y Ventilación. Puede que parezcan lo mismo, pero no lo son.

La Extracción consiste en cambiar o renovar el aire de un espacio por otro nuevo, mientras que la Ventilación consiste en mover el aire dentro de un espacio. Por esto, la finalidad de los extractores y ventiladores no es la misma.

La extracción es necesaria para un buen cultivo, ya que el aire que respiran las plantas debe ser rico en CO2 para que puedan desarrollarse completamente. Un aire limpio y fresco nos ayuda a tener una mejor salud, y con las plantas ocurre lo mismo.. Por esto el aire que la planta ya ha utilizado debe ser soltado a la calle.

Un buen ciclo de circulación del aire es básico si queremos alcanzar el éxito en el cultivo. Para ello debemos contar con la siguiente idea; el aire que demos a las plantas no debe estar ni muy caliente ni muy frío: referente a este punto, lo mejor es siempre coger aire de la propia casa, y una vez sea utilizado, expulsado a la calle.

Otra de las características que implica un buen sistema de circulación de aire, es la disminución de temperatura, ya que cuanto más tiempo esté funcionando el extractor, más aire caliente del armario sacaremos. Asimismo, conseguimos reducir el nivel de humedad por la misma razón. Debemos tener esto en cuenta a la hora de temporizar el funcionamiento de un extractor..

La función de la ventilación es bien distinta, ya que está ideada para simular una brisa dentro de un armario, que las plantas tendrían de forma natural en el exterior. Así conseguimos prevenir ciertas plagas y enfermedades a la vez que fortalecemos el tallo.

Renovación del aire:

Lo primero que necesitamos para poder elegir un extractor, es saber la capacidad que tenemos que cubrir. Debemos tener en cuenta que necesitamos renovar totalmente el aire del armario unas 30 veces por hora. Para esto, podemos utilizar la siguiente fórmula genérica:

Capacidad extractor = ( Largo x Alto x Ancho ) x 30
Debemos usar unidades en metros

Ejemplo, si tenemos un armario de 1.2m de ancho, 1.2m de largo y 2m de alto:

( 1.2 x 1.2 x 2 ) x 30 = 86 m3/h es la capacidad del extractor

Si nuestro habitáculo de cultivo es pequeño, tenemos la posibilidad de usar un extractor lo suficientemente potente como para no tener la necesidad de instalar un intractor (extractor que introduce aire nuevo al cultivo), ya que el aire entrará por succión. En salas que contengan un gran número de equipos de luz (más de 3), se precisa de un intractor.

Productos relacionados:

Olores

Información:

Uno de los problemas que provoca el cultivo de la marihuana, es el olor que produce durante su vida. El nivel de olor varía según la etapa en la que se encuentre la planta. Vemos así que los olores son más notables según avanza el cultivo:

GERMINACIÓN - CRECIMIENTO - FLORACIÓN - COSECHADO - SECADO

Aparte del estado de la planta, otro factor que infuye es el número de plantas que tengamos, ya que a más plantas, mayor olor. También es importante elegir una u otra variedad, ya que puede cambiar mucho el olor que desprendan.

Cómo combatirlo:

Podemos disimular o combatir el olor de varias formas, algunas más complejas o eficaces que otras. Podemos diferenciar los métodos según su dificultad de uso y eficacia:

Sencilla Media Compleja
Ambientador Filtro antiolor Ozonizadores
Gel ONA   Ionizadores

· Sencilla: podemos utilizar alguno de estos productos si el olor no es muy molesto, o si queremos una alternativa económica pensada para enmascarar el olor de las plantas. Su funcionamiento es muy sencillo, ya que sólo tenemos que dejarlos en el cuarto del que queramos camuflar el olor, y los geles o ambientadores se encargan de absorber el máximo posible.

· Media: esta alternativa es quizás la más balanceada en la relación precio / funcionamiento. Consiste en un Filtro que se debe conectar al extractor de nuestro sistema, y que se encarga de filtrar el olor a través del carbón que contiene en su interior. Es muy efectivo y tiene una vida útil que ronda el año (dependiendo del tamaño de filtros y de la variedad de marihuana que plantemos).

· Compleja: los ionizadores y ozonizadores son las alternativas de mayor coste. Su funcionamietno es bueno, y sencillo, ya que sólo tenemos que conectarlos al equipo y a la red eléctrica para que empiecen a funcionar.

Escoger el método correcto:

Según el número de plantas que tengamos, nos harán falta un método de combate u otro. En principio, con un filtro antiolor acorde al número de plantas y a la capacidad del extractor, debería ser suficiente para olvidarnos del olor que desprende el cuarto del cultivo.

Si contamos con más de 15 plantas, o cultivamos en una superficie mayor a 1.5 m2, es conveniente usar un Ozonizador.

Productos relacionados:

Abonado

Nutrición de las plantas:

Las plantas consiguen alimentarse gracias a la diferencia de concentración de nutrientes existente entre su cuerpo y el sustrato que le rodea. Cuando la concentración de alimentos y sales es superior en la planta que en el sustrato, el agua con los nutrientes entra en la planta por las raíces en un intento de igualar las concentraciones y alcanzar el equilibrio (para que nos acordemos el agua va: "de donde hay menos nutrientes a donde hay más").

Cuando hablamos de nutrición de las plantas, tenemos que considerar la CIC o capacidad de intercambio catiónico. Todas las moléculas, en mayor o menor medida tienen minúscuals cargas eléctricas, positivas o/y negativas. Por ello en el suelo actúan como pequeños imanes, formando entre ellas estructuras. Las estructuras pueden ser muy simples, como la atracción entre una partícula de arcilla cargada negativamente y una partícula de un fertilizante cargada positivamente, o pueden ser muy complejas, como ocurre en la materia orgánica, con infinidad de cargas eléctricas de ambos signos.

La CIC es la capacidad del suelo para retener e intercambiar diferentes elementos minerales. Esta capacidad aumenta notablemente con la presencia de materia orgánica, y podría decirse que es la base de lo que llamamos fertilidad del suelo.

Nutrientes esenciales:

· Macronutrientes: Son aquellos nutrientes que las plantas necesitan para crecer y que se consumen en grandes cantidades. El nitrógeno, el fósforo y el potasio desempeñan un papel crucial durante toda la fase vegetativa de las plantas. En la fase de crecimiento la planta precisa de una cantidad mayor de nitrógeno que durante la floración. Sin embargo en la floración, se precisa de cantidades mayores de fósforo y potasio.

· Macroelementos: Se consumen en menor cantidad que los anteriores pero no por ello son menos importantes. Dentro de este grupo tenemos el S, el Ca, y el MG.

· Microelementos: Existen una serie de elementos que se consumen en muy pequeñas cantidades pero que desempeñan un papel fundamental en muchos de los procesos metabólicos que se producen en el interior de las plantas. Los más importantes para el cannabis son el Fe, Mn, B, Zn y Mo.

Frecuencia del abonado:

Para plantas cultivadas en maceta, se hace indispensable realizar abonados con cierta frecuencia, ya que al encontrarse en un contenedor limitado en cuanto a espacio, las raíces de las plantas agotan rápidamente los nutrientes que existen en el sustrato. Por ello es importante realizar un plan de abonado en función del periodo vegetativo en el que se encuentre la planta.

Es muy importante respetar la dosis y la frecuencia de los abonados, ya que un exceso de abono puede quemar las plantas o provocar un bloqueo en la absorción de los mismos.

Es conveniente alternar riegos con abono y agua para favorecer la absorción de los mismos y evitar la acumulación de sales en el sustrato.

Sustrato

Importancia del sustrato:

El sustrato que se escoja para cultivar determinará en gran parte el éxito de nuestro cultivo, sobre todo si se planta en macetas, donde el acceso a los nutrientes por parte de las raíces siempre es limitado. La composición y consistencia del sustrato determina cuanta agua y aire es capaz de retener.

Los sustratos muy densos y/o comprimidos tenderán a retener gran cantidad de agua, pero muy poco aire, dejando el sistema radicular sin oxígeno. Por otro lado, sustratos muy ligeros, con poca materia orgánica no retendrán suficiente humedad ni nutrientes, impidiendo un crecimiento vigoroso y provocando riegos y abonados más frecuentes. El sustrato ideal debería ser altamente absorbente, suelto y aireado. Una mezcla de materia orgánica rica en nutrientes y acondicionadores inertes como arena, perlita y/o vermiculita nos permite realizar un sustrato con esas características ideales.

Recalcar que la clave está en partir de nuevo de un sustrato de la más alta calidad posible, capaz de mantener humedad y aireado en equilibrio, así como mantener unas condiciones de temperatura y humedad moderadas en el entorno del cultivo. Subrayar también que la fauna y flora del suelo son mucho más importantes de lo que puede suponerse. En el suelo ecológicamente equilibrado, estos permiten que los ciclos de nutrientes se efectúen adecuadamente, y la incidencia de enfermedades es menor que en un suelo empobrecido de vida.

Ingredientes de un buen sustrato:

Algunos ingredientes utilizados como componentes de un buen sustrato son:

· Turba rubia: Por su textura esponjosa (pesa muy poco), pH 5 y alta retención de humedad.

· Coco: Aumenta la oxigenación de la turba y tiene un pH neutro.

· Perlita: Aumenta la oxigenación de la mezcla, tiene un pH neutro y facilita el drenaje. Una alta oxigenación impide que se propaguen hongos por las raíces.

· Humus de lombriz: Aporta nutrientes, favorece la vida microbiana del suelo y es muy aconsejable en los trasplantes ya que reduce el shock que provoca este en las plantas.

· Guano: Aporta nutrientes básicos como NPK y micronutrientes. Además favorece la vida microbiana en el suelo, evitando la proliferación de hongos y nemátodos.

Trasplante:

Lo que realmente quieren las plantas es más tierra y menos abonos. La tierra como sustrato (un buen sustrato, claro está) tiene todo lo que la planta necesita. Siempre es mejor trasplantar que abonar. El abonado es nuestor último recurso cuando no podemos poner tiestos más grandes debido a la configuración de nuestro cultivo. Se recomienda hacer sucesivamente trasplantes antes de instalar las plantas en su lugar definitivo. Tenemos que ir de un contenedor pequeño a otro un poquito más grande y así sucesivamente.

Otros sustratos (hidroponía):

La hidroponía es la ciencia de cultivar plantas sin tierra; lo más frecuente es utilizar una mezcla inorgánica de sustratos. Algunos de los más utilizados son:

· Arlita o arcilla expandida. Está compuesta por arcilla agregada formando bolas de entre 8 y 16mm. La estructura interna es porosa, absorbiendo y liberando agua con nutriente según las necesidades de la planta. Es limpio, no se descompone y está exento de enfermedades y parásitos. Tiene un pH estabilizado entre 5.5 y 6.5 que lo convierte en un excelente soporte para hidrocultivo. Hay que sumergir la arlita en la solución nutriente 24 horas antes de hacer un trasplante para estabilizar el pH.

· Perlita: La perlita expandida es un producto mineral que ha sido sometido a un proceso de expansión a 1200 grados, es inerte, estable, neutro (pH 6.5 y 7), estéril, ligero y aislante. Sus cualidades a nivel agronómicos son: gran capacidad para recibir y retener agua y abonos, facilita la aireación, efectúa una buena labor de drenaje, estimula el enraizamiento inicial y el crecimiento vigoroso de las plantas. Se puede usar para mezclar con otros sustratos o para emplear en cultivos hidropónicos recirculados y cultivos hidropónicos con solución perdida.

· Fibra de coco: Se utiliza ya que posee una buena textura y estructura. Posee una buena oxigenación, retención de nutrientes y de humedad.

· Lana de roca: Sus características son: el espacio poroso total, agua fácilmente disponible, agua de reserva, capacidad de aireación, distribución del tamaño de las partículas, permeabilidad, capacidad de intercambio catiónico y disponibilidad de los nutrientes. Antes de usar cualquier soporte de lana de roca, debes regarlo el día anterior con solución nutriente con pH 5.2 o 5.3 para que quede estabilizada a pH 6 aproximadamente.

Agua

Calidad del agua:

Es importante que el agua con la que reguemos nuestras plantas sea de calidad, ya que esto influirá muy positivamente en el crecimiento y en la salud de las mismas. Por ello, debemos contar con un agua limpia y libre de patógenos. El agua del grifo es la adecuada en este sentido, aunque es aconsejable dejarla reposar durante 24 horas para que se evapore el Cloro, ya que un exceso de este elemento puede provocar problemas en nuestras plantas.

Un parámetro que hay que controlar es la EC o cantidad de sales disueltas, siendo aconsejable que no supere una EC de 0,2-0,3 mS/cm. Por esto, está totalmente desaconsejado regar con agua mineral destinada al consumo humano, debido a su gran dureza y excesiva mineralización. Otro parámetro importante de controlar es el pH, ya que un pH excesivamente alto o bajo, puede provocar que algunos nutrientes se bloqueen en el suelo o que estén muy disponibles por las plantas y pueda haber problemas de carencias o excesos de nutrientes.

El agua de riego debe tener un pH neutro o ligeramente ácido, comprendido entre 5,6 y 7,2. También es muy imporante la temperatura del agua de riego. Debe estar comprendida entre 18-22ºC, ya que esta temperatura favorecerá la vida microbiana del suelo y facilitará la disolución de los nutrientes.

Cantidad de agua:

La cantidad de agua a aportar dependerá del tamaño de la maceta, del tamaño de la planta (cuanto más grande más agua), de la temperatura ambiental, de la fase vegetativa en la que se encuentre la planta (en floración la planta precisa de mayor cantidad de agua que en crecimiento) o de la calidad del sustrato, ya que existen sustratos que retienen más la humedad que otros.

Momento de riego:

Conviene regar a primera hora de la mañana o a última de la tarde, siendo más recomendable hacerlo a primera hora del día, ya que el exceso de agua que podamos añadir se evaporará y evitará la proliferación de enfermedades causadas por hongos. No es recomendable regar en las horas centrales del día, ya que la diferencia de temperatura entre el sustrato y el agua de riego hará que las raicillas puedan destruirse.

Las plantas deben pasar ciertos periodos cortos "secos" entre riego y riego. Se debe dejar que se seque la primera capa de tierra. Para comprobarlo, introduciremos el dedo índice en el sustrato y comprobaremos que está seco a esa profucnidad. Otra manera de evidenciarlo es comprobando el peso de la maceta. Hay que regar la planta hasta que drene por el fondo de la cubeta.

Síntomas de falta de agua:

En caso extremos de sequía, la planta presentará las hojas caídas y las ramas blandas y las hojas inferiores más grandes se secarán. Existe un punto llamado punto de marchitez permanente, a partir del cual, por mucho que reguemos la planta no absorberá agua y morirá.


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