Cada día es más común el uso de distintas técnicas de extracción de resina entre los cultivadores para conseguir la máxima potencia, pureza y concentración de cannabinoides. Son muy comunes y utilizadas las técnicas de extracción mecánica, en seco o al agua, en las que se consigue la resina mediante una serie de mallas de extracción que separan la sustancia psicoactiva de la sustancia vegetal, ya sea arrastrando la resina con agua o simplemente golpeándola para su separación.
También hay otro tipo de extracciones químicas, en las que se utilizan disolventes apolares (butano, etanol, alcohol etílico…) que separan la resina de la materia vegetal, ya que las partículas activas del cannabis son solventes en este tipo de sustancias. Puede sonar un poco complicado, pero con las herramientas adecuadas. no es difícil realizar este tipo de extracciones que tienen una gran pureza y una concentración de THC que puede alcanzar hasta el 70% o más.
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COMO HACER LA EXTRACCIÓN BHO
Una de las mejores técnicas para conseguir una gran potencia y concentración en la extracción, se realiza con gas butano de gran pureza, como el de la marca “Colibri” (uno de los más utilizados). Es importante que el gas utilizado sea de la máxima pureza para conseguir un producto final limpio y con mayor concentración de cannabinoides.
Preparación
Para realizar la extracción lo primero es contar con una buena cantidad de cogollos de calidad (también se puede hacer con recortes, pero baja la calidad del producto final) que meteremos en un tubo de extracción BHO de forma homogénea, sin dejar espacios libres, pero sin apelmazar demasiado para evitar que se obstruya. El tubo de extracción tiene que contar con un acople en un extremo para poder meter la boquilla de la botella de gas y con un filtro de unas 40 micras (puedes utilizar un filtro para el café) en el extremo de salida, bien sellados para evitar las fugas de gas.
Extracción
Una vez preparado el tubo de extracción, lo tenemos que enfriar antes de realizar la destilación (un par de horas en el congelador). Una vez realizado este paso, podemos proceder a inyectar el gas en el tubo, siempre con la boquilla de salida hacia abajo y teniendo precaución de utilizar protección para las manos, ya que el tubo y la botella de gas pueden congelarse en el proceso.
Evaporación del disolvente
La descarga de la destilación es mejor realizarla
en un recipiente de vidrio, ya que nos resultará más fácil ponerlo al baño maría a fuego lento durante un rato para evaporar el disolvente, teniendo en cuenta que si pinchamos las pompas que se forman en el proceso la destilación será más rápida, puede ser necesario una segunda purga o puede que no, depende de la pureza del disolvente y de lo bien que se realice el proceso.
Una vez terminado este proceso, se extrae el aceite con una cuchilla limpia, una vez que se ha enfriado. Para este proceso, también se puede utilizar una bomba de vacío para eliminar el disolvente. Es más seguro, ya que no utiliza ningún tipo de llama y la eliminación del disolvente es muy efectiva.
¡¡Advertencia!!
Es importante no fumar y no tener ninguna llama o ninguna fuente de calor intenso cerca del lugar en el que realicemos este proceso, ya que podría ocasionarnos problemas con el gas, esto incluye el calor para hacer el baño maría, que es mejor realizarlo en una placa eléctrica.
También es importante tener en cuenta que si calentamos demasiado la resina, comenzarán a evaporarse las sustancias activas, lo mejor es que no supere los 40/45ºC para conservar todas sus propiedades intactas.
Y al final…
Una vez conseguido el producto final concentrado y libre de impurezas, la mejor forma de consumirlo es con una pipa de borosilicato soplado, que son muy resistentes a los cambios bruscos de temperatura. Este método de consumo es parecido al de la vaporización, ya que no es tan dañina para el organismo como la combustión normal.