La batalla por la legalización de la marihuana en los EEUU acaba de conocer a un nuevo contendiente que se suma al bando de los partidarios de la normalización del consumo y venta de cannabis; además, este inesperado partidario representa un ente con una capacidad de influencia y visibilidad inusitada. En efecto, el todopoderoso New York Times, nada menos, se ha mostrado a favor de medidas orientadas hacia la legalización de la marihuana. El rotativo, con más de un millón de lectores diarios y 160 años de historia a su espalda, defiende que el Gobierno Federal de los EEUU legalice la venta y consumo de marihuana a nivel general para los mayores de 21 años y que sean los propios estados los que determinen legalizar o no el cannabis dentro de sus fronteras.
En un editorial, el rotativo señala que, de acuerdo con las últimas estadísticas policiales, se produjeron casi 670.000 arrestos en los EEUU relacionados con la venta o tenencia de marihuana. Desde este periódico se considera que la estrategia actual frente a la venta de cannabis en los EEUU es claramente “racista” ya que la proporción de arrestos por posesión o venta sobre miembros de minorías étnicas no se justifica en que las personas de dichos colectivos desarrollen una mayor comercialización de marihuana.
Consumo legal a partir de 21 años
El periódico va más allá y señala que el consumo de marihuana no presenta “para adultos sanos” mayores niveles de riesgo que el de, por ejemplo, sustancias aceptadas social y legalmente como el alcohol y el tabaco. En este sentido se recalca que la tasa de adicción a la marihuana no es mayor, en ningún caso, que los niveles de dependencia del alcohol o el tabaco registrados hasta la fecha en EEUU.
Pese a todo, el rotativo se muestra sensible con las preocupaciones de los colectivos contrarios a la vía de la legalización y propone que, ya a nivel federal, la edad en la que se permitiera el consumo de marihuana fuera de 21 años, que es la edad legal a la que se permite consumir alcohol en el país.
En su editorial, el periódico compara la situación de la marihuana en los EEUU con la del alcohol durante los 13 años de Ley Seca, que no impidió a la población seguir bebiendo y llegó a convertir “a ciudadanos respetuosos de la ley y el orden” en criminales.
