La distribución y cultivo de marihuana con fines medicinales en Chile acaba de recibir un importante espaldarazo. En Santiago de Chile, las autoridades acaban de aprobar la instalación de la primera plantación de cannabis con finalidad terapéutica y de investigación.
La apertura inminente de estas instalaciones de cultivo de marihuana viene como consecuencia de la iniciativa presentada ante el Servicio Agrícola y Ganadero por parte del ayuntamiento de la Florida y la Fundación Daya. La intención del proyecto es que esta plantación pueda producir aceite de cannabis de calidad, para el tratamiento de los dolores de pacientes aquejados de cierto tipo de tumores y cáncer.
Un proyecto largamente anhelado
Esto supone un giro en la política del país ante la marihuana. En efecto, en Chile no se penaliza el consumo de cannabis per se. Sin embargo la venta y cultivo de marihuana si está prohibido y perseguido.
En Chile, el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) es la única institución que puede autorizar a particulares o entidades públicas o privadas la instalación de instalaciones de cultivo de cannabis. El pasado mes de agosto, responsables del ayuntamiento de la Florida procedieron a llevar a cabo la primera y simbólica plantación de semillas de marihuana, ante las reticencias que, de momento, tenía el SAG para con su proyecto.
Un mayor aperturismo
A lo largo de los últimos años, el gobierno chileno ha ido abriendo puertas a una posible regularización del segmento terapéutico de la marihuana. Paralelamente, los movimientos en favor de la legalización del cannabis con fines recreacionales se han asentado en el país. Desde los grupos que piden una apertura en el consumo y cultivo se señala que la ley antidroga de Chile es subjetiva y su aplicación arbitraria. En este sentido, diversos colectivos han denunciado que la legislación no determina las cantidades en las que la legitima posesión para consumo propio cruza la barrera del tráfico.
En este sentido se critica que a la hora de determinar si una cantidad es para consumo propio o para distribuirla, la última palabra siempre la tienen las autoridades. Asimismo, estos grupos piden que se despenalice el consumo social de marihuana en establecimientos habilitados a tal fin.
Sólo en el año 2012, en Chile tuvieron lugar más de 85.000 detenciones relacionadas con la marihuana. Casi el 64% de ellas fueron por tenencia, el 18% por tráfico y un 13% por consumo. Las detenciones por cultivo apenas llegan al 2%.
