5 formas de consumir marihuana

Sin embargo, a pesar de su enorme popularidad y de su extendido uso (tanto por motivos lúdicos como por razones médicas), se conoce poco acerca de algunos aspectos que la rodean. Uno de ellos es la forma o el método mediante el cual puede ser consumida. Para remediarlo y aportar un poco de luz al tema, en el presente artículo describiremos las cinco principales maneras que puede alguien marihuana.

Se trata de la forma de consumir marihuana más habitual. El clásico porro, canuto o cigarrillo de esta planta es ampliamente conocido por todos. Además de estos formatos, aparecen otros a través de los cuales se puede consumir marihuana por inhalación, como son las pipas y las cachimbas. En estos casos varía la cantidad total de humo que entra al organismo por aspiración y el número de toxinas que se originan.

La marihuana fumada cuenta con las ventajas para el usuario de su facilidad de consumo y de su rapidez en los efectos. Podemos decir sin temor a equivocarnos que el consumo de esta planta por este sistema garantiza la máxima experiencia en cuanto al gusto, el olor y las sensaciones posteriores para el usuario. Tras varios estudios se ha llegado a la conclusión de que en cada calada una enorme cantidad del THC de la marihuana se consume en la propia combustión. También es necesario comentar que existen muchísimas variedades de semillas con diferentes efectos.

Estamos ante el método de consumir marihuana más sano que se conoce. A través de la inhalación por vaporizadores se eliminan las toxinas que se producen en la combustión, reduciendo de manera importante el daño para el organismo.

El consumo de marihuana mediante vaporizadores requiere de una temperatura de 230 grados, la cual da lugar a una eclosión de varios tipos de elementos con diferentes grados de toxicidad. Según un estudio se ha determinado que a una temperatura de 180 grados centígrados el THC de la marihuana sufre una vaporización y los hidrocarburos dejan de estar tan presentes.

En cuanto al ranking de toxicidad, se ha llegado a la conclusión de que el consumo de marihuana a través de la pipa de agua es más nocivo que mediante el clásico cigarrillo, y que a su vez éste es más perjudicial que utilizando el sistema de la vaporización.

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La infusión de marihuana se acompaña de leche y en ella el THC de la marihuana es liposoluble en lugar de hidrosoluble (se puede disolver de mejor manera en grasas que en agua). Es por dicha razón por la que la infusión se lleva a cabo con leche y no con agua, que acabaría mojando únicamente la yerba, sin lograr ninguno de los resultados deseados.

Cuenta con la ventaja de su enorme facilidad de preparación, que no dista mucho de la puesta a punto de cualquier infusión común. Se echará leche en un cazo a fuego no muy intenso durante diez minutos. En este tiempo la marihuana seca estará también dentro y será removida. En el momento en el que la leche experimente una subida se requerirá la disminución en la intensidad del fuego. Finalmente habrá que filtrar el líquido resultante y ya estará lista la infusión de marihuana para ser ingerida por vía oral.

La vía sublingual consiste en la administración de cualquier tipo de píldora o fármaco por vía oral, colocándolo justo debajo de la lengua. El objetivo de esto es que los efectos del producto o en cuestión lleguen con más rapidez al organismo. En el caso de la marihuana, algunas empresas farmacéuticas han generado este tipo de pastillas de cannabis, que sirven para aliviar el dolor a pacientes afectados por enfermedades como la esclerosis múltiple.

Las incontestables propiedades médicas de la marihuana proporcionan al paciente un relajamiento muscular que desemboca en una ausencia de dolor. Este tipo de consumo por vía sublingual requiere de la prescripción previa de un médico para que el producto pueda ser adquirido en una farmacia.

Nos encontramos ante, quizá, el método más inusual de consumo de la marihuana. La vía transdérmica (a través de la piel por medio de una pomada o crema) fue utilizada en la antigüedad, por los brujos y chamanes de las zonas indígenas, para calmar el dolor que sufrían los habitantes de las aldeas en algunas de sus zonas corporales. Hoy en día este uso ha llegado hasta nosotros mediante la creación de una crema formada por la extracción del aceite de la marihuana utilizando gas. Este aceite puede ser mezclado con cera de abeja o dar lugar a la escasamente conocida mantequilla de marihuana, que sería otro método de consumo del cannabis.